En la primera elección judicial “democrática” de México, votó apenas el 13% del padrón… y cerca del 22% anuló su voto. Lo demás lo puso el oficialismo: ternas a modo, candidatos con acordeones y una coreografía institucional que apenas disimula el guion. ¿Qué dice esta elección sobre el estado y el rumbo de la justicia en México? ¿Y qué revela sobre el futuro de nuestra democracia?